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El 25 de Abril, en tu memoria nos reunimos entorno al altar, de la Iglesia de la Lanchuela que tanto nos gustaba Candela, aquella iglesia pequeña a la que siempre llegabamos justas de tiempo,y con que gusto comentábamos después la charla del padre Guillermo.

Ha pasado un año sin tu presencia, pero como te dije aquel día de hace un año, tú corazón se quedo conmigo y el mi corazón te lo llevaste tú.

Es muy triste para mí, para papá, para Kikote, para Marcos, para los abuelos, ……para tus amigas, para tus compañeras, para tus profesores,….Candela para tanta y tanta gente es muy triste vivir sin tí. Pero al mismo tiempo es bonito y consolador ver cuanta huella dejaste. Pasaste por este mundo de forma lenta y densa dejando tras de tí un buen aroma a amor, amistad, valentía, ….Nos enseñaste tantas cosas, a pensar en los demás, a ser valiente, a tener que cambiar de vida sin trauma, a convivir con el dolor,…a sonreir frente a la adversidad.

No hay palabras para expresar lo que sentí cuando te traje al mundo, de la  misma forma que no hay palabras para expresar lo que sentí cuando te perdí, lo que se siento viviendo sin ti.

Pero hija mia, intento seguir viva por los demás, por el resto de la  familia y por todos aquellos a los que podamos ayudar, siempre en tu nombre, que luchan como tú con la esperanza de una cura, con la esperanza de un futuro.

Candela me seco las lágrimas y sigo porque eso fué lo que me enseñaste.

Te quiero con toda mi alma, mas que nunca por y para siempre con el deseo de reencontrame contigo y no separme de ti, para toda la eternidad.